martes, 18 de agosto de 2009

Lembranças



Hace una semana vengo pensando qué le gustaría para este año a Amara. Concentrado en eso pasé todo mi viaje a Lyon con los ojos hinchados de tanto tragar imágenes, objetos, sueños o sensaciones que pudiera llevar conmigo a mi regreso y ofrecérselos para alegrar su alma. Viajo cada año para conseguir nueva mercadería, tengo proveedores en , Valencia, Ámsterdam , La Massana y otras ciudades a las que voy cada cierto tiempo, dependiendo de los pedidos que me hagan o de las novedades que consigan mis socios en esas ciudades. Me quedé una semana en Francia, ahora estoy en la Auo Estrada do Norte que me llevará a Lisboa donde tengo mi campamento fijo, si se puede decir fijo ya que todos viajamos buscando otros rumbos o buscando otros mercados, pero siempre volvemos a Alenquer, sobre todo en esta época del año.


Cansado, sin lágrimas y sin corazón recorro una vez más, el camino que me lleva al río Tajo donde me encontraré con Amara. Decidí llevarle un girasol, que representa la adoración que aún le tengo.


Aunque llegué temprano, la fiesta parece ya estar lista. El atardecer es maravilloso, hace un poco de frío pero no importa ahora, hay fríos que son más difíciles de soportar. Vine al Tajo para asistir a la Ceremonia del Río donde cada año, cada 8 de abril, todos los gitanos nos reunimos para festejar nuestro día y para homenajear a nuestros seres queridos que ya no están. La Ceremonia del Río es una celebración que se realiza en todo el mundo. El río representa la historia gitana: un pueblo sin patria que fluye entre diferentes países sin miedo a las fronteras. La ceremonia empieza con una serie de discursos a cargo de los gitanos mayores y luego bailamos y cantamos disfrutando de la vida y de la libertad, luego lanzamos nuestras ofrendas al río y la fiesta sigue en casa.


Gelem, gelem lungone dromensarmaladilem baxtale RromençarA Rromalen kotar tumen avenE chaxrençar bokhale chavençar
A Rromalen, A chavalen
Anduve, anduve por largos caminosEncontré afortunados romàAy romà ¿de dónde veníscon las tiendas y los niños hambrientos?¡Ay romà, ay muchachos!


Teníamos diecinueve años cuando nos juntamos, tuve que raptarla porque sus padres no consintieron nuestra unión. Elegimos separarnos del clan ya que si aparecíamos de nuevo en el campamento Amara sufriría mucho por la falta a su honra, su familia la negaría y no nos pareció justo pasar malos momentos por algo tan puro como nuestro amor.

Emprendimos el viaje a Düsseldorf, sin pensar que ese sería el peor viaje de nuestras vidas. Al llegar a Eller nos percatamos de la hostilidad alemana, comenzaba el año 1933 y logramos entrar al territorio donde nos encontraríamos con un amigo de la infancia, Josué, con el que habíamos pasado muchos años en Villa Presépio[1], donde nacimos. Chegamos para a Alemanía no momento preciso que o terrivle començou, foi no momento que començou que fuimos levados pelo terrivle.


En febrero empezaron a negarnos los derechos civiles y a tratarnos peor que animales por el simple hecho de tener sangre gitana. Los alemanes nos veían como amenaza para su pureza racial, sin darse cuenta que nosotros nunca nos mezclaríamos con Gadjés[2] y que no podríamos amenazar con nuestras costumbres a ninguna raza, pero, ¿qué raza?, todos somos parte del mundo, el mundo nos pertenece por igual solo que los gitanos preferimos no formar parte del reparto de tierras ya que nuestra tierra, nuestro territorio es el mundo, nuestro hogar es el camino.


Su cabello era negro, completamente negro. Empezó a usar un dikló para cubrírselo luego de nuestra boda en Alemania, las mujeres casadas deben envolverse la cabeza con un pañuelo para que todos sepan su condición de mujer comprometida, y ella lo llevó siempre con orgullo. Sus ojos, negros como el ébano; sus manos, muy pequeñas, al igual que sus pies, su asombro no conocía límites, miraba todo como si fuese la primera vez que lo veía y contemplaba todo con tanto amor, desde una hoja tirada en la vera hasta un colibrí sobre una cerca, ela tinha o dom de respirar libremente, conseguia que todo fosse mágico, conseguia que todo valesse a pena.


Nuestra boda fue hermosa, con cuatro invitados y sin dote, con pocas joyas, vestidos de blanco y sin las tres rosas, es que no hacía falta demostrar la pureza de Amara y además no teníamos ajuntaora que diera fe de la veracidad de la sábana blanca, así que no hubo ni navaja, ni rosas. Josué ofició como testigo y nos unimos bajo nuestras propias reglas, Josué y su esposa nos colocaron en las rodillas pedazos de pan y sal para la felicidad y luego empezó la fiesta, invitamos a todos los que pudimos, aunque fueran gitanos no conocidos y como en las épocas de juventud en Alenquer, cuando cualquier ocasión era buena para festejar, sacamos los violines, los lauds y los panderos y bailamos hasta el amanecer.


No tenía talento para las artes adivinatorias, pero, por Santa Sara! como bailaba!


Amara y yo hacíamos buena pareja, llevaba el ritmo junto a mi violín como si fuera parte de él, a veces me parecía que no era yo el que lo hacía sonar, sino las caderas de Amara que le ordenaban qué hacer, era lo más cerca que estuve en mi vida de presenciar Magia real.
M´ra shtrako hin duy malla
Mange pera, vodjyi cavlya;
Kamaviben te piben
Taysa hin bashapen…[3]


Cuando llegamos a Alemania Josué nos advirtió del creciente rechazo a los gitanos, pero en casi todos los pueblos por donde pasamos el rechazo era evidente, hasta hoy nos consideran diabólicos por nuestras destrezas físicas y porque nuestras mujeres leen la buenaventura las llaman brujas y nos creen peligrosos por algunos gitanos que no nos honran dejándose llevar por la vida fácil, claro que hay algunos pueblos que están acostumbrados a nosotros, nos dan un lugar para acampar y visitan nuestras ferias, allí vendemos las novedades que traemos de otros pueblos y demostramos nuestros bailes, nuestra música y divertimos a la gente, les hacemos pasar un buen rato con nuestros juegos y las demostraciones de destreza y fuerza que realizan los jóvenes, comerciamos con los Gadjé; aunque nos miran con curiosidad se relacionan con nosotros como iguales. Pero en Alemania no.


Cuando llegamos nos prohibieron el libre tránsito y nos quedamos en la casa de Josué, hace un tiempo él consiguió una casa y se apropió de ella ya que aparentemente respetaban más a los gitanos establecidos y no errantes. Amara y yo éramos errantes, tuvimos que acostumbrarnos a estar en una casa, encerrados sin poder ir a un bar a trabajar, tocando el violín y bailando para la gente, o a divertirnos, tampoco podíamos ir a comerciar a la plaza, no podíamos hacer nada porque este tipo de Gadjé era peor que los demás, no nos querían cerca pero nos dejaban entrar a su país. Luego de unos meses, en los que ya sabíamos por dónde caminar para que no nos agredieran, empezaron a pasar grupos de militares tomando registro de nuestros nombres y nuestro domicilio, entonces decidimos salir, seguir el camino, buscar otro sitio donde vivir, pero fue imposible. No permitieron que ninguno salga y en la frontera nos encerraron por una semana en la que me golpearon y me marcaron con un fierro al rojo vivo en la pierna, mientras gritaban: “Der teufe, schmutzig zingeuner![4]”.


A Amara no la vi hasta que nos soltaron, tenía un corte profundo en su vientre, su silencio resumió todo.


Regresamos a Eller y nos volvimos a refugiar en la casa de Josué y su familia.


La ceremonia empezará a las seis de la tarde y va a tocar Pere Pubill Calaf, este año prometió venir al Tajo aunque él es de Cataluña, pero como buen gitano, al final el lugar no importa, la ceremonia es la misma, el sentimiento no cambia. Nos va a regalar su gran Flamenco, mezcla de música turca, árabe y gitana. También va a venir Ramón el Portugués al que no veo desde 1970, cuando fui a Madrid y visité el tablao “Torres Bermejas” que con su decoración repleta de colores cálidos, cortinas y arcos en las paredes, remite a Alhambra. Van a ser 10 años, 40 que no veo a Amara.


La “ley para la prevención de la herencia genéticamente deficiente” también fue aplicada a los judíos, pero empezaron con nosotros, no sé si a modo de experimento (para que no falle) o porque nos veían más peligrosos… “genéticamente” hablando…


Ellos sabían que es muy difícil no enamorarse de una mujer gitana, su hermosura es universal, y aunque algunos digan que son hechiceras, lo cierto es que la pureza trasciende cualquier rasgo. La mujer gitana te enamora con una mirada, con un movimiento de cadera o con su jabe[5] que es irresistible.


Había que aplicar “medidas” para controlar la pasión, lo mejor para ellos era intervenir su vientre, sacarle del cuerpo la capacidad de reproducirse, quitarnos las entrañas lastimando a nuestras mujeres. No hay peor agravio para nosotros que herir a nuestras mujeres y ellos lo hicieron, ellos nos cortaron un pedazo del alma.


Solo mediante el Fado logro resumir el dolor que siento desde que perdí a Amara. Ahora, que ya terminaron los discursos, canta Amália Rodrigues, y su voz cala mi alma, no lloro porque ya no tengo lágrimas, las perdí hace 40 años, y ya no me importa no poder llorar, cuando uno ha visto el horror con sus propios ojos, estos se niegan a existir, se quedan allí porque sí, cada noche siento cómo luchan por escapar de mi rostro, si pudieran hace mucho hubieran huido. Ter estado no campo de concentraçao não vai-se do cerêbro, não vai-se jamais, nunca pode-se esquecer.


El Fado… la propia Amalía una vez lo definió de este modo: “Amor, celos, ceniza y fuego, dolor y pecado. Todo esto existe, todo esto es triste, todo esto es el fado.”


Eu vivi o fogo, as cinzas, o dor, o amor… a minha vida pode-se reduzir a Fado, e assim podería ser mais frumuosa.


En 1939, cuando pensamos que todo iba a pasar y que seguiríamos juntos buscando otro rumbo, otra ciudad, pasó lo inevitable. Los militares nazis entraron a la casa y nos tomaron por la fuerza y nos mandaron en vagones de ganado a Sachsenhausen, un campo de concentración de los creados para separar a las “razas”, fuimos puestos en un mismo cuarto, mujeres y varones, estábamos condenados a encarcelación, trabajos forzados y por último a masacre por ser de “raza inferior”. Nos humillaron, nos maltrataron, y nos dejaron sin nada, como vinimos al mundo para que eventualmente muriéramos de frió, hambre, cansancio, pena, lo que venga primero. A los gemelos y los enanos se los llevaron, para hacerles crueles investigaciones seudo médicas. Si por la falta de comida o por los trabajos forzados quedabas incapacitado de alguna manera, eras fusilado, estaba todo preparado para que muriésemos todos, los trabajos eran absurdos: transportar piedras inmensas por escalones interminables hacia un lugar baldío y luego volverles a transportar, sin comida, sin agua, moriríamos de todos modos, el frío nos calaba los huesos y por la angustia, en las noches, no podíamos dormir. Éramos más de tres mil personas amontonados, todos juntos, desnudos y sin esperanza. A veces Amara me hablaba del paprikache, el proshime, el saviako, el bokoli, comidas gitanas que hace mucho no probábamos, desde que llegamos a Alemania.


Finalmente, se la llevaron. Amara había contraído una de las enfermedades que permanecían con nosotros a causa del hacinamiento y la falta de condiciones higiénicas, le dio… no lo sé…se fue consumiendo, supongo que también fue la pena, los gitanos no podemos estar encerrados, nuestro mayor tesoro es la libertad, ella se enfermó, los guardias la sacaron al patio y vi cómo le prendían fuego. Ardió ante mis ojos y en mi afán por salvarla destruí con lo último que me quedaba de fuerza, los tubos que estaban por encima de la pared, mis compañeros me siguieron y salimos a darle batalla a los guardias que solo atinaron a dispararnos. No conseguí salvarla.


Sàsa vi man bari familjaMudardás la i Kali LègiaSaren chindás vi Rromen vi RromenMaskar lenoe vi tikne chavorren
A Rromalen, A chavalen
También yo tenía una gran familiafue asesinada por la Legión Negrahombres y mujeres fueron descuartizadosentre ellos también niños pequeños
¡Ay romà, ay muchachos!


Corrí, corrí lo más que pude, salté la cerca y seguí corriendo sintiendo a mi alrededor las balas que no llegaban a alcanzarme. Corrí. Me detuve en Glashütte y me di cuenta que éramos cinco los que logramos escapar, juntos buscamos ropa, había una casa en la que nos refugiamos, al parecer sus habitantes también habían sido llevados prisioneros, estaba completamente desbaratada. En ese lugar lloré toda la noche a Amara y deseé nunca haber emprendido el viaje desde Alenquer. Me odié por haberla raptado y me odié por amarla tanto. Ya que no pude seguir los ritos funerales, como quemar sus pertenencias u ofrecer una Pomana[6] dejé un mechón de mi cabello en el patio de esa casa que nos refugió por un tiempo, yo soy parte de ella así que como no pude enterrarle, me enterré a mí mismo.


No se llevó nada.


Acostumbramos poner en la tumba de nuestros difuntos una moneda, para que pueda pagar o canoeiro a travesia do grande rio que separa a vida da morte.


Ella no se llevó nada.


Nos escondimos en diversos lugares y tuvimos que hacer miles de malabares para sobrevivir, al finalizar la guerra nos refugiamos en Alemanía occidental, en Hannover, donde los gitanos encontramos mayor comprensión, el gobierno empezó a crear medidas que facilitaban nuestra asimilación.


Putar Dvla te kale udaraTe saj dikhav kaj si me manusaPalem ka gav lungone dromençarTa ka phirav baxtale Rromençar
A Rromalen, A chavalen
Abre, Dios, las negras puertasque pueda ver dónde está mi gente.Volveré a recorrer los caminiosy caminaré con afortunados calós
¡Ay romà, ay muchachos!


Ahora soltamos globos azules y verdes que se alzan al cielo buscando que los deseos de los gitanos: libertad, salud y un mundo de cambios lleguen a los oídos de Daenna, nuestra madre y de Santa Sara, la virgen negra que se alegren con nosotros y nos guarden, luego arrojamos nuestras ofrendas al Río.


Opre Rroma isi vaxt akanaAjde mançar sa lumáqe RromaO kalo muj ta e kale jakhaKamàva len sar e kale drakha
A Rromalen, A chavalen
¡Arriba Gitanos! Ahora es el momentoVenid conmigo los romà del mundoLa cara morena y los ojos oscurosme gustan tanto como las uvas negras¡Ay romà, ay muchachos!


Amara, ahora ves el Tajo cubierto de colores y de velas. Fuego que va al mar, que se deja llevar por el río, como nosotros que nos dejamos llevar por el camino, fuego que recuerda a nuestros hermanos, a nuestros amores perdidos en el holocausto. Dejo caer el girasol que te traje mientras canto en voz alta nuestro himno… A Rromalen, A chavales!... y con orgullo, doy gracias a dios por ser gitano.


[1] Alenquer, ciudad de Lisboa – Portugal , conocida también como Villa Presépio (Villa Precipicio)
[2] En lengua Romaní, idioma oficial de los gitanos: término con el que se designa a un no gitano.
[3] Mi violín tiene dos camaradas / que me sorben la médula / amor y sed se llaman / y me acompañan a mí, músico…
[4] En alemán: “maldito seas, gitano sucio”
[5] En Romaní: comida.
[6] Banquete que se brinda a los familiares y amigos en nombre del difunto para festejar su paso al otro mundo.

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