miércoles, 24 de junio de 2009

MIRAFLORES




El viaje, como siempre, transcurría monótono y sin mayor contratiempo, las calles y la gente con su rutina, los puentes, el mar, el dulce mar de Grau.

De mi casa a la escuela de danza hay una hora y media de camino en un solo ómnibus, se atraviesan tres distritos y se contempla parte de la costa limeña. En el trayecto se pasa por el puente Villena, famoso por ser el sitio predilecto para perder la vida, teniendo como última postal el barranco y el mar, fotografía perfecta que usan también los que están a punto de crear vida, a pocos metros en el Parque del Amor, así en ese pedazo de tierra miraflorina, Thanátos y Eros cruzan del puente a La Alameda.
Al parque lleno de Ficus en este caso.

Era una linda tarde de verano en la preciosa y a veces maltratada Lima, iba en un ómnibus junto a mi hermana con rumbo nor-oeste a disfrutar de la clase de Danza en el distrito de Miraflores.Estábamos a quince minutos del puente cuando el carro se detiene para que suban los pasajeros, entre ellos sube u chico de unos 24 años (la exactitud de la edad proviene de la visión de mi hermana) que sube al bus con el dorso desnudo y el polo amarrado en la cintura.

De repente el chofer empieza a gritar y el cobrador a insistir que el chico se baje, nadie entiende porqué, si el chico estaba sobrio y estaba dispuesto a pagar su pasaje; todos gritan, las señoras empiezan a echar leña al fuego y ni siquiera saben a qué fuego,ni a quién apoyar, mi hermana y yo nos mantenemos calladas tratando de entender qué pasa. Curva en Armendáriz, a la derecha y luego a la izquierda, el carro se detiene y el chico se baja.

Lo vemos agacharse en la esquina a una cuadra del puente. Recoge algo y furioso, lo lanza contra el ómnibus, es una piedra que rebota justo contra la ventana que está a mi lado, el carro sobrepara y empiezan a caer más cosas contra las ventanas, que de suerte, no se rompen. Yo me agacho hacia las piernas de mi hermana que se vuelve sobre mí.

El carro reinicia la marcha y al incorporarme veo al chico con el torso desnudo y las manos sucias caminar lentamente con dirección al puente.

2 comentarios:

  1. Guarda el puente Villena el último susurro del chico que aquella tarde nos lanzó una piedra para despertar nuestra conciencia de lo trágico que puede ser decidirse a ver como última postal el barranco y el mar.

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  2. Creo que el unico escritor peruano al que lei es Vargas Llosa. Leo Miraflores y me acuerdo de él. Me suele pasar con muchos de tus textos, me hacés acordar a Marito.

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